lunes, 10 de abril de 2017

Entrevista a Esteban Carranza, CEO de Ascentio Technologies

Sigue a continuación una entrevista a Esteban Carranza, CEO de Ascentio Technologies, publicada ayer (9/4) en el portal web LA VOZ, en la cual el directivo cuenta cuales son los proyectos en los que se encuentra trabajando actualmente la compañía, y vierte su opinión sobre el actual estado del sector espacial en Argentina.

DEL ESPACIO EXTERIOR A LOS NEGOCIOS EN LA TIERRA

Esteban Carranza, CEO de Ascentio Technologies. Junto con otros dos especialistas del interior provincial trabaja con la Conae, la Nasa y la Agencia Espacial Europea. Ahora aplica el conocimiento aeroespacial a la actividad empresarial.

Senyk, Carranza y Proyector, los socios de la empresa.

Lo que fue un proyecto académico en la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones de la Universidad Nacional de Río Cuarto, destinado a apoyar a la Comisión Nacional Actividades Aeroespaciales (Conae), se convirtió en una empresa que trabajó con la Nasa y con la Agencia Espacial Europea.

Esteban Carranza, su CEO; 
Javier Proyector y Cristian Senyk son los socios de una firma que hace software y manejo de satélites, lo que le permitió subirse al cohete que lleva al sector privado a la actividad aeroespacial.

–¿Cómo empieza Ascentio?

–Esteban Carranza (EC): Arrancó en 2004, como un grupo de extensión universitaria en la Universidad de Río Cuarto que trabajaba para la Conae en proyectos poco críticos. Cuando la Conae empezó a demandar tareas más críticas, o sea que necesitaba resolver situaciones complejas, estábamos en el lugar y en el momento justos.

–¿Todos eran de la universidad?

–EC: Cuando aumentó la exigencia, convocamos a Cristian. Después la Conae nos presentó a Javier, que había trabajado para ellos. No tuvimos ni tiempo de presentarnos. Forjamos una relación en el trabajo. Una vuelta estuvimos todo un fin de semana y ahí nos dimos cuenta de que así no podíamos crecer. En 2007 empezamos a pensar y en 2008 armamos la sociedad anónima.

–Cristian Senyk (CS): Esteban era profesor y coordinador del grupo. Javier siempre fue el líder técnico y yo, que era alumno de Esteban, me hice cargo de ingeniería. Cuando nació la empresa, ya estábamos organizados.

–¿Cómo se ingresaron a un mercado tan complejo como es el aeroespacial?

–EC: Al principio nos contrató una empresa que trabajaba para la Conae. Primero, se automatizó la estación de Conae, se operó otros satélites, pero la primera operación grande fue para el satélite SAC-C. A principios de 2010 ganamos la primera licitación para desarrollo del sistema del segmento Tierra del SAC-D.

–En criollo, ¿qué hacen para la actividad satelital?

–EC: El SAC-D se dedica a la observación climática y de los océanos. Por ejemplo, mide la salinidad. Cuatro mil grupos de investigación en el mundo usan esos datos. Por la órbita que tiene, desde la Tierra hay cuatro momentos en el día en que, durante algunos minutos, se toma contacto con el satélite para bajar la información que recolecta o enviarle nuevas órdenes de trabajo. Nosotros hacemos el software que permite hacer eso y tenemos gente que opera el software en la Conae.

–¿El desarrollo fue junto con la Conae?

–EC: La Conae tiene como política generar proveedores locales y siempre busca desarrollar estas capacidades. Marcelo Oglietti, responsable de Operaciones en el Segmento Tierra de la Conae, nos enseñó mucho. La Conae nos transfirió mucho conocimiento y llevó nuestros estándares de calidad a un nivel alto.

–¿La Conae quiere una industria espacial nacional?

–EC: Nueve países lanzaron satélites desarrollados por ellos mismos: Estados Unidos, China, Francia, Israel, Canadá, Rusia, Alemania, Italia y Argentina. En América latina, los líderes son Argentina y Brasil. El resto mira con mucho interés ambos modelos. El argentino está basado en el derrame tecnológico y el desarrollo de proveedores privados locales.

–¿Por ejemplo?

–EC: Compra a un proveedor externo, este trae su tecnología pero la Conae lo asocia a una empresa local y en ese proceso uno recibe mucho conocimiento. En Brasil esto no es tan fuerte.

–¿Cuál fue el proveedor externo clave para Ascentio?

–EC: La Nasa vino a revisar todo el sistema para dar el “OK”. Nos pasamos 20 días con el número uno de esa organización y aprendimos mucho. Eso es el derrame tecnológico.

–¿Los ingenieros cordobeses están a la altura de la industria aeroespacial?

–EC: El caso de Ascentio muestra que los profesionales argentinos están a la altura de las circunstancias. Se puede hacer ingeniería espacial desde el interior del interior del país.

–¿Después de SAC-C y de SAC-D, hubo otros proyectos?

–Entregamos el sistema Tierra del satélite Sacom, proyecto entre la Conae y la Agencia Espacial Italiana, para medir la humedad de la tierra y para emergencias. Ahora, empezó el trabajo para el Sabiamar, un desarrollo conjunto entre Argentina y Brasil; es una misión geopolíticamente muy importante porque, si es exitosa, podría generar una agencia espacial para toda la región.

–Javier Proyector (JP): Hay muchas agencias espaciales de Latinoamérica que están haciendo sus primeros pasos, como Perú, Bolivia, Chile y Ecuador. Se viene una carrera espacial muy interesante.

–¿Cambió mucho con la nueva gestión nacional?

–EC: En el fondo, no es tan cierto que todo gobierno en el país destruye lo que hizo el anterior. Hay cambios de enfoques, pero hay una línea conductora que se mantiene. Hay decisiones tomadas años atrás que permitieron lanzar un satélite como el Arsat. Uno mira los países de la región y esas decisiones no se tomaron, lo que les impidió tener el desarrollo que hoy tiene Argentina.

–CS: Un grupo de Ascentio y yo estuvimos en la Nasa. Ellos trabajan en proyectos en el espacio profundo, como la llegada a Marte. Pero antes del primer cohete se hicieron 70 pruebas fallidas. Al crear la Conae en 1991, Argentina tuvo que elegir y se orientó a la telecomunicación y a la observación de la Tierra para aplicar esa información, porque los presupuestos son diferentes. Fue una decisión inteligente.

–¿Pero ahora se frenó el Arsat III? ¿Qué pasa?

–EC: El gobierno de Cambiemos lleva detenido dos años el Arsat III. Hay un montón de razones atendibles. Hay que auditar, pero no es bueno tomarse dos años. Las tecnologías de punta se consiguen por velocidad de crecimiento. Si el país logró subirse a un tren que va muy rápido, es muy mala idea bajarse porque es muy poco probable que puedas volver a subirte. Se frenó el crecimiento en telecomunicación, pero en observaciones de la Tierra, si bien hay una desaceleración, el Gobierno sigue invirtiendo y apostando.

–También trabajan con empresas privadas.

–EC: Hay mercados adyacentes, como petróleo y energía, el agro o las telecomunicaciones. La tecnología para los satélites se puede aplicar a otras actividades. Se armó una alianza con BGH Tech Partner para ofrecer servicios para empresas y organizaciones.

–CS: Es una tendencia global. Los estudios afirman que cada dólar invertido en el sector espacial derrama 10 dólares en otras industrias, tanto en conocimiento tecnológico como en experiencia.

–JP: Tenemos otra alianza estratégica con la empresa israelí Isi, dedicada a tecnología para el agro y también la seguridad, principalmente de buques y plataformas petroleras. Para todos estos proyectos creamos otra empresa paralela dedicada a hardware de telecomunicación, TA Telecomunicaciones, que está a mi cargo. La idea es derramar la tecnología para manejo de sistemas críticos.

–¿Por ejemplo?

–EC: Por ejemplo en la agricultura de precisión, asociados a una firma de Río Cuarto, AYT, desarrollamos productos que aplican las imágenes satelitales con los mismos procesadores usados para actividad aeroespacial.

–También se metieron en la aeronáutica...

–JP: Somos socios fundadores de la Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial (Carae). De hecho, tenemos un proyecto de manejo de enjambre de drones.

–¿Enjambre de drones?

–EC: Por ejemplo, para cubrir un campo de 200 hectáreas podés pasarte mucho tiempo con un dron haciendo varias pasadas o se puede utilizar un escuadrón de drones. Podemos armar un centro de control que maneje automáticamente los drones en forma simultánea. Hemos presentado un artículo científico sobre el tema, que va a salir en una publicación especializada.

–¿Hoy cuánto representa lo público y cuánto lo privado para Ascentio?

–EC: Lo público es el 85 por ciento y los desarrollos para el sector privado, el 15 por ciento.

–JP: El protagonismo espacial se lo va a llevar el sector privado, mucho por telecomunicaciones, pero cada vez más por observación de la Tierra. En el mundo, la actividad espacial mueve más de 300 billones de dólares por año y el 76 por ciento es generado por el sector privado.

Fuente: LA VOZ

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